Tomar conciencia, ayuda

Unicamente a traves de ser conscientes de nuestra responsabilidad, de nuestras decisiones, de nuestras limitaciones, podemos crecer como seres humanos.

lunes, 20 de mayo de 2013

El arte del encuentro.

Que todos somos en algún momento espectadores del deporte, queda claro. Que a todos nos mueve emociones, en función de los colores, es algo que cada uno nos gestionamos como podemos. Así tenemos al que con un sentido salvaje pone una emocionalidad desmedida en la observación, que no suele ser el profesional. O al menos en ese momento no lo disfruta como tal.

A mi me encanta disfrutar desde el lugar social, divertido aunque responsable, de lo que mueve una observación del deporte, ahí me relajo totalmente, como creo que hace la mayoria, algunos quiza en exceso llegando a un punto de laxitud en el que se permiten hacer cosas de las que solo pueden arrepentirse en adelante.

En la imposibilidad de disociación que me contempla, mi observación, extrañamente es tan desmedidamente emocional como para dejarme llevar por mis bajas pasiones y creo que somos los que nos dedicamos al deporte los que debemos darle el lugar que debe ocupar, mas allá del que le quieran dar los medios de comunicación y le permitan los políticos, con nuestros actos.

Y con esto no quiero decir que no celebre un punto de la tenista que acompaño o un gol de mi equipo, sino que dentro de la emocionalidad inherente a la observación de la práctica deportiva, existen unos cauces adecuados basados en el respeto, al otro, que es necesario para que tenga lugar el encuentro.

Como profesional, la observación se puede convertir en un analisis que nos dificulte la escucha de lo que sucede y mas importante que nos impida hacer devoluciones coherentes a nuestro jugadores. Dejandoles abandonados, sin el acompañamiento necesario para hacer de su práctia deportiva un DISFRUTE y aprendizaje, sea cual sea su resultado.

En ocasiones parece que el técnico necesita hacer una regresión a su etapa de jugador y jugar los puntos, esto es contraproducente. Como el padre que necesita hacer las cosas a sus hijos, ambos no dejan que la experiencia sea propia del pupilo.

Tengo la idea, extrapolada del, propio desarrollo infantil, de que todo lo que sucede en la en la infancia, solo se puede abordar desde el entrenamiento que sería una terapia, tomando conciencia. Así mismo, todo lo que trabajamos en el entrenamiento/sesiones, que es lo terapéutico, muy dificilmente puede intervenirse en un partido. Y por otro lado ¿que sentido tiene esa pretensión de intervención solucionante?, si les hemos dotado de herramientas en los entrenos, queda CONFIAR y ESCUCHAR PARA ACOMPAÑAR, lo mejor posible. Como con los hijos.

Solo si le damos la forma de ENCUENTRO, mas que la de confrontación, tendremos una oportunidad de acompañar, minimamente ubicados.

Encuentro en el que el otro, (contrincate), nos muestra sus habilidades, dificultades, caracaterísticas y que nosotros con el trabajo de ESCUCHA, de lo que nos pide este encuentro para salir victoriosos, podamos resolver el rompecabezas mental/emocional y físico.

A 170 pulsaciones, con emociones por todos lados, hormonas fucionando a toda pastilla y pensamientos que dificilmente conseguimos parar, dar una respuesta que pase por escuchar lo que necesita cada instante, es dificil. Aunque esto es lo que diferencia una práctica deportiva, coherente con el disfrute.